Los Bosques de Mesoamérica, inciden sobre la calidad de vida, el crecimiento económico sostenido y la movilidad económica de las poblaciones rurales pobres y extremadamente pobres ; constituye una de las principales fuentes de mitigación y adaptación al cambio climático e integra una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta . Su gestión sostenible debe considerarse como uno de los principales pilares que sustenten el desarrollo rural en la región.
El bosque puede ser un elemento importantísimo para el crecimiento económico de base amplia que propicie la movilidad económica de poblaciones pobres y extremadamente pobres si se cuenta con un clima de negocios apropiado que fortalezca su capacidad de competir en el mercado.
El reto fundamental consiste en que la conservación y desarrollo de los recursos forestales, no impliquen la contracción en la producción de bienes y servicios que también son relevantes para la economía local y los medios de vida prevalecientes. Tampoco el desplazamiento de los agentes causantes de la deforestación a otras masas forestales. Las respuestas a este paradigma deben ser generadas en instancias representativas de toma de decisión; donde los agentes económicos locales propongan con contexto y contenido adecuado en pro de sus intereses las diferentes alternativas de solución. Las mismas deben de incluir un profundo análisis sobre los factores internos y externos que afectan el desempeño social, económico y ambiental de los bosques; así como de los agentes económicos ligados a la deforestación y degradación.
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